Natividad González Crespo: amiga, usuaria y colaboradora con las actividades de la biblioteca, nos envía esta composición sobre los olivos, muy oportuna ahora que nos encontramos en plena faena de recogida.
Gracias de nuevo, Nati.
Gracias de nuevo, Nati.
NUESTROS OLIVOS
Los olivos de mi tierra, son pequeñitos
sus ramas meto en el cesto, así los ordeño yo.
Me preguntareis,
¿porqué los ordeño, no es posible no?
Ordeñar olivos de verdad se puede hacer
metes la rama en el cesto y las olivas caen.Apenas una centena, tienen mis tierras
pero que feliz me siento, cuando paseo por ellas.Verdes y negras olivas, aceite virgen, su cera,
dan estos queridos olivos, desde más de una década.
Árbol humilde, bebe cuando llueve,
mece sus ramas el viento mientras los frutos,
ahora verdes,
maduran exquisitos, para que me los lleve.
Para ponerlos “guapos”
-como mi madre dice-
y elegantes a la vez, cortamos sus marmotes
aramos la tierra también.
A la verde, verde, a la verde oliva
como la cancioncilla, que oí de niña.
Hoy más mayor, saboreo sus frutos
poniéndolos en la mesa, para dar un nuevo lujo.
El arbolito que nació, unos años atrás
sabes tú si se llamó, olivo, nada más.
Entre las ramas del olivo, encontré el amor verdadero
sus ramas me abrazaban, con tan intenso candor
que me enamoré de sus hojas, y la belleza de su flor.
El frío de la sierra, en tierra de secano
sus olivos conserva, dando aceite todo el año.
Las madrigueras más cercanas, cobijan algunas liebres
vigilan a los olivos, haciéndolos más alegres.
Florecillas de los campos, tened compasión de mí
que dormís arropadas, por tan galán allí,
que mi árbol favorito, el olivo será
siempre que esas florecillas, me permitan alagar.
Sentimientos que afloran, aunque desorganizados
es mi alma quien los anhela, cuando no estoy a vuestro lado.
Olivo, olivito mío espérame allí, vigilando la tierra, como si fuese un jardín.
Alcarreños mis olivos, igual que los de Jaén
dando verdes y negros frutos, para comerlos después
para añadirlos a los guisos, a ensaladas también.
Tan valioso jugo es el aceite
que untaremos en el pan
echándole un poquito de azúcar
o un poquito de sal.
Olivos de mis entrañas, del campo de mi corazón
seguir siendo el alimento, de toda nuestra región.
Natividad González Crespo.
Los olivos de mi tierra, son pequeñitos
sus ramas meto en el cesto, así los ordeño yo.
Me preguntareis,
¿porqué los ordeño, no es posible no?
Ordeñar olivos de verdad se puede hacer
metes la rama en el cesto y las olivas caen.Apenas una centena, tienen mis tierras
pero que feliz me siento, cuando paseo por ellas.Verdes y negras olivas, aceite virgen, su cera,
dan estos queridos olivos, desde más de una década.
Árbol humilde, bebe cuando llueve,
mece sus ramas el viento mientras los frutos,
ahora verdes,
maduran exquisitos, para que me los lleve.
Para ponerlos “guapos”
-como mi madre dice-
y elegantes a la vez, cortamos sus marmotes
aramos la tierra también.
A la verde, verde, a la verde oliva
como la cancioncilla, que oí de niña.
Hoy más mayor, saboreo sus frutos
poniéndolos en la mesa, para dar un nuevo lujo.
El arbolito que nació, unos años atrás
sabes tú si se llamó, olivo, nada más.
Entre las ramas del olivo, encontré el amor verdadero
sus ramas me abrazaban, con tan intenso candor
que me enamoré de sus hojas, y la belleza de su flor.
El frío de la sierra, en tierra de secano
sus olivos conserva, dando aceite todo el año.
Las madrigueras más cercanas, cobijan algunas liebres
vigilan a los olivos, haciéndolos más alegres.
Florecillas de los campos, tened compasión de mí
que dormís arropadas, por tan galán allí,
que mi árbol favorito, el olivo será
siempre que esas florecillas, me permitan alagar.
Sentimientos que afloran, aunque desorganizados
es mi alma quien los anhela, cuando no estoy a vuestro lado.
Olivo, olivito mío espérame allí, vigilando la tierra, como si fuese un jardín.
Alcarreños mis olivos, igual que los de Jaén
dando verdes y negros frutos, para comerlos después
para añadirlos a los guisos, a ensaladas también.
Tan valioso jugo es el aceite
que untaremos en el pan
echándole un poquito de azúcar
o un poquito de sal.
Olivos de mis entrañas, del campo de mi corazón
seguir siendo el alimento, de toda nuestra región.
Natividad González Crespo.