DERECHOS DE LOS NIÑOS A ESCUCHAR CUENTOS:
1. Todo niño, sin distinción de raza, idioma o religión, tiene derecho a escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos, especialmente aquellos que estimulen su imaginación y su capacidad crítica.
2. Todo niño tiene pleno derecho a exigir que sus padres le cuenten cuentos a cualquier hora del día. Aquellos padres que sean sorprendidos negándose a contar un cuento a un niño, no sólo incurren en un grave delito de omisión culposa sino que se están autocondenando a que su hijo jamás les vuelva a pedir otro cuento.
3. Todo niño que por una razón no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedir al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.
4. Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus abuelos. Aquellos niños que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños que, por diversas razones, no tengan abuelos que se los cuenten. Del mismo modo, aquellos abuelos que carezcan de nietos estan en libertad de acudir a escuelas, parques y otros lugares de concentración infantil donde con entera libertad podrán contar cuantos cuentos quieran.
5. Todo niño está en el derecho de saber quiénes son hans Christian Andersen, los Hermanos Grimm, Emilio Salgari, Roald Dahl, Michael Ende, Christine Nöstlinger, Elena Fortún, Arnold Lobel, Carmen Martín Gaite, Antonio Rodríguez Almodóvar, Mª de la Luz Uribe, Robert Louis Stevenson, Leo Lionni, Juan Farias, Mikel Obiols, Consuelo Armijo, Fernando Alonso, Gloria Fuertes, y muchos otros. Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de los niños todos los libros, cuentos y poemas de estos autores.
6. Todo niño tiene derecho de gozar en plenitud de las fábulas, mitos y leyendas de la tradición oral de su país. En el caso de los niños españoles éstos tienen perfecto derecho a interesarse en nuestros relatos populares y cuentos folclóricos, así como en toda aquella literatura creada por el pueblo.
7. Todo niño tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como modificar los ya existentes creando su propia versión. En aquellos casos de niños muy influidos por la televisión, sus padres están en la obligación de descontaminarlos conduciéndolos por los caminos de la imaginación de la mano de un buen libro de cuentos infantiles.
8. Todo niños tienen derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos, lo único obligatorio es que éstos sean hermosos e interesantes.
9. Todo niño tiene derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.
10. Todo niño, por último, tiene derecho a crecer acompañado de las aventuras de Sandokan, de la sopita de avena de Dailan Kifi, de la escuela de las hadas, de las historias del sapo, de la señora planchita, de lo difícil que es enseñarle a tejer al gato, del colorín colorado y del inmortal “Había una vez….” palabra mágica que abre las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez.
Autor desconocido.